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Foto: Muammer UlutürkEdición: Colibrí de Ónyx
El primer día de escuela fue genial, hacía tiempo que soñaba con usar el uniforme y llevar cuadernos en mi mochila.
Dibujaba patos de colores en un cuaderno de 50 hojas que me había comprado mi mamá.
Los dibujaba de perfil, con una franja de color diferente por cada renglón, con un cuello largo y una expresión de elegancia.
Llenaba hojas y hojas con dibujos de árboles, flores, gatos y bolitas.
Hacía caligrafía e inventaba letras de un alfabeto que sólo yo conocía.
Hacía caligrafía e inventaba letras de un alfabeto que sólo yo conocía.
La noche anterior al primer día me había imaginado a mi maestra, a mi banca y a mis nuevas amigas. Por fin tendría un uniforme oficial como el de mi hermana y una mochila llena de cuadernos, lápices de colores y una pluma.
Cuando llegué a la escuela todo fue novedad, hoy recuerdo aquel día como shock de nervios, entusiasmo y curiosidad que disfruté y que no por ello dejó de darme ciertos dolores de cabeza.
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Hoy ha sido un primer día de clases para muchos chavitos de México y espero que ellos también lo hayan disfrutado.
