27 de agosto de 2008

GHOST Dog




ILUSTRACIÓN: colibrí de ónyx

¡Hola! Fue lo único que dije cuando lo vi aparecer a mi lado. Silencioso me observó por unos segundos y pasó detrás de mi para ocultarse entre las hojas secas y la basura. Era simpático y nada feo, a primera vista sentí ganas de conocerlo. Hubiéramos podido hacer amistad si alguno de los dos hubiera hecho a un lado la timidez. Hablamos de esto mientras volvíamos a casa, comentamos la sorpresa que nos causó verle aparecer en la loma mientras disfrutábamos la puesta de sol. Ahí llegó, con esos ojos que parecían acusarnos de robar algo de su propiedad. Aún así, supe que teníamos mucho en común, él y nosotros compartíamos el placer de las puestas de sol. Y eso es decir mucho... a estas alturas son pocos los que gozan del espectáculo silencioso del universo y confían a las estrellas los secretos de su interior. Por eso me hubiera gustado acercarme a él y platicar de todo lo que ha descubierto mientras observa el atardecer y su figura se desvanece en la noche convirtiéndolo en un perro fantasma...

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